El pasado lunes fui con mi pareja al teatro Principal de Zaragoza para disfrutar de una obra genial: «Seis clases de baile en seis semanas».
Es una obra desenfadada, hilarante y dramática a la vez. Una tragicomedia en condiciones. Puedes llorar y reír casi al mismo tiempo. El guión me impresionó enormemente. Original, con diálogos acertadísimos y un magnífico tempo en la dirección. Los actores… enormes. Lola Herrera es Lola Herrera, sí. Con su currículo es fácil advertir una buena actuación. Y aquí, en una obra que muestra humor y optimismo a raudales ante los golpes de la vida, Lola lo borda. Pero es que la actuación de Juanjo Artero (bailarín de ascendencia italiana que acude a dar clases de baile a una señora que ronda los setenta años), es impresionante, de verdad. Ambos consiguen transmitir muchísimo. Dos personajes aislados y antisociales, colmados de prejuicios debido a los avatares de la vida, y que sin embargo se encuentran mágicamente a través del baile forjando una amistad.
En definitiva, una obra de teatro preciosa que recomiendo fervorosamente.