Me notifican que soy finalista de un certamen de novela negra (encantado, dado que apenas envié el manuscrito a un par de sitios). Otra oportunidad de llevarme un premio (veremos hacia dónde cae la balanza esta vez), aunque ser finalista ya constituye un punto positivo, porque significa que a un jurado serio le gustó la obra.
Buena noticia en un momento de mi vida sin tiempo apenas para respirar o celebrarlo, dado el enorme proyecto creativo en el que estoy sumergido. Pero contento por el reconocimiento de otro texto donde mezclo algo del imaginario fantástico con el género policial (a mediados de abril se sabrá si el jurado me nombra ganador o no). 🙂