

Un hombre que gustaba de exhibir su gran forma física y su manejo de la katana, que interpretó papeles de sus propias obras llevadas al cine, que sintió frustración al no poder ser kamikaze durante la guerra mundial debido a una tuberculosis diagnosticada y que, en 1970, se suicidó públicamente mediante el hara-kiri o seppuku tras el fracaso de un intento de golpe de Estado.
Sin duda fue un superdotado, escribiendo 40 novelas, 18 obras de teatro y varias decenas de libros de relatos y ensayo.
Centrándome en el libro editado por Siruela «La perla y otros cuentos», diré que me ha parecido un buen libro, con relatos algo insípidos en mi opinión, pero siempre reflexivos y con una prosa excelente. Tiene, sin embargo, tres textos, imprescindibles. «La perla» es un relato muy bien hilvanado, ácido, satírico y original. Una delicia. «El termo» es un relato muy reflexivo que puede calar hondo, y «Patriotismo», un increíble y descarnado ejercicio descriptivo donde el protagonista y su mujer llevan a cabo el ritual del hara-kiri. Con estos tres relatos se advierte la enorme capacidad del autor en describir fielmente los sentimientos y valores de sus protagonistas. Es por esto por lo que procuraré leer algún libro más de su autoría.